miércoles, 23 de octubre de 2013

Demencia.

Ahora está oscuro, empiezo a recrear una bonita historia nunca vivida, sin embargo ahí está, ahí estás, imagino un final feliz, bueno, en realidad no imagino un final, no puedo encontrar uno feliz, pero da igual me conformo con la satisfacción momentánea. No me llena, pero por un momento me consuela. Creo que me lo estoy empezando a creer, sé que no es verdad pero moriría por que lo fuera y por cualquier cosa a veces me parece que puedo verte, e incluso oír tu voz. Sé que no es bueno, o eso diría mi madre si  lo supiese, pero dentro de mi cabeza la locura me promete oscuridad eterna y tus ojos por siempre para mi, me llama, me reclama, ella me necesita y pronto yo a ella también.

Ven. Ven...

Un nuevo color aparece, como una rosa hecha de puro amor, como el carmín de una puta, como el más grandioso desastre, como tu corazón. Sangre, mucha. Un tren, una aguja, un momento y un lugar equivocados, una mala compañía, una ventana, un cristal, el vació... son tantas las formas en las que cada noche muero agónicamente, solo un paso más... pero ni la muerte se acercaría a mi. Já, ni que siguiera viva.

Ven, vamos corre...

Has vuelto, me echabas de menos y me miras con esa mirada que solo tienes esta noche. Me amas. No te preocupes, yo a ti más, por eso pudiste llegar. Me entregaré a ti, lo prometo, te daré mi corazón jajaja ¿que mierdas es eso? y mi cuerpo, por supuesto mi mente enferma va incluida en el lote. No te importa porque ante todo me amas y tus dulces palabras me consuelan y tu suave tacto me abriga y estas lagrimas que caen no son reales, claro que no, no pueden serlo.

Vamos, se acaba, otra vez lo mismo...

La luz empieza a asomar, te empiezas a desvanecer y yo sigo viva. Intento retenerte, agarro aire en tu lugar. Grito con todas mis fuerzas, pero obviamente no me oyes. Ya te hecho de menos, ¿ por qué no vuelves?¿ a caso a estado aquí?¿ ya no me amas? Nunca lo has hecho ¿he hecho algo mal? Por supuesto que sí ¿estás ahí? ¿Donde?

Demasiado tarde, esta noche lo volveremos a intentar...

viernes, 28 de junio de 2013

Frio.

Las lagrimas suicidas se precipitan desde mis pestañas al abismo. Ellas también se han cansado de mi. Ni siquiera yo misma se por qué lloro, estoy temblando, tengo frío. La atmósfera se ha hecho demasiado pesada para mi y me oprime hasta reducirme a cenizas. No siento dolor, ni tristeza y mucho menos alegría, no soy capaz de sentir nada, solo frío. Ya no soy capaz de oír las voces de aquellos que viven en ese mundo de color de rosas que yo no puedo ver, no les oigo cuando se quejan de sus bonitas vidas, ni cuando ríen a carcajadas, para mi todo es lo mismo: ruido.
La lluvia ácida que hace enrojecer mis ojos frena de repente, ya ha pasado, se acabó, mi mente ha decidido desconectar de nuevo, sin consultarme primero. Creo que ya me estoy acostumbrando a esto, por un momento todo a mi alrededor cesa y cuando pienso que por fin puedo relajarme y sonreír mi cabeza vuelve a su sito y el frió vuelve a mi cuerpo como si se tratase de los más desesperados amantes. Quiero gritar pero mi desgarrada garganta me lo niega, si no consigo gritar, si no consigo oírme, no sabré si en verdad sigo aquí, no estaré segura de mi propia existencia, siento que voy a desaparecer. Lo vuelvo a intentar y otro grito ahogado martillea mi mente. Silencio, demasiado. No aguanto el silencio, tampoco el ruido, hace mucho que empecé a odiarlo todo, empezando por mi misma.
Veo gente alrededor, intento hablarles, hacerles alguna señal para que se den cuenta de que estoy desapareciendo poco a poco entre todas sus mentiras y preocupaciones, pero creo que para ellos ya no existo, no estoy ahí. Solo soy un desperdicio de espacio, pronto ni siquiera eso. Solo el frío, solo él permanecerá siempre a mi lado, sin abandonarme ni pedirme explicaciones,alimentando mis lágrimas vacias. Porque para mí al final lo único que queda es eso, solo frío.

jueves, 27 de junio de 2013

Te conozco y ese es el motivo de que llames a mi puerta.

Abro la puerta y me encuentro con su dura mirada. A pesar de que su apariencia es fría y malhumorada yo sé que está mal, sé que esta llorando aunque ninguna lágrima caiga por su marcado rostro, su sufrimiento es mayor que lo que cualquiera pudiese imaginar.
Una niña que nunca lloró.
Me grita todo lo fuerte que puede con toda su rabia. No me afecta, sé que en realidad me agradece que la haya abierto la puerta a estas horas de la noche. Le invito a entrar sin contestar a su infantil provocación, recorremos el pasillo en silencio y nos sentamos en el sillón. Después de un rato en silencio le miro, su expresión ya ha cambiado, ahora muestra su frustración y pena, bueno, sólo un poco pero yo puedo notarlo. Sonrio. Su mirada infantil no combina para nada con su triste historia. Realmente nunca fue una niña, pero por eso precisamente nunca alcanzará la edad adulta, pues jamás superará su niñez. Sé da cuenta de que la observo y me vuelve a dirigir una gélida mirada con sus profundos ojos negros. Esos ojos...
Me fijo en que es una noche bastante fría así que cojo unas mantas y sé las pongo encima. La pregunto si quiere hablar, como siempre, su respuesta es negativa. Pasan las horas y ella sé duerme, ni siquiera entonces parece estar en paz. Una noche más ella sólo quería compañía. La observo con ternura hasta caer rendido, cuando despierte ella ya sé habrá ido.
Espero que mañana no llegue llorando, espero que sé quede hasta la mañana y espero que algún día me vuelva a mostrar su verdadera sonrisa, su preciosa sonrisa.

jueves, 28 de marzo de 2013

Visitas del pasado.

Una lágrima cae por su mejilla, cae y cae pero nunca llega a tocar el suelo. Nadie más puede notarla, nadie más la ve. Pero él siente como las ácidas lágrimas que noche tras noche derramaron esos ojos grises han dejado un rastro de cenizas ardientes que le queman la piel, desgarran su corazón poco a poco y que le acabarán consumiendo por completo. Le gustaría que nada de aquello hubiera pasado, pero no quiere olvidar, no quiere dejar ir a los recuerdos. No quiere asumir lo que pasó, a pesar de que es plenamente consciente de ello. Porque diga lo que diga la gente, aunque ella ya no esté él todavía sueña con su risa aquellas lluviosas tarde de otoño, con sus ojos, siempre con la mirada perdida; con sus frágiles manos acariciándole con ternura...
Otra lágrima cae al recordar. Intenta frenar ahora, sabe que todavía puede, pero también sabe que no lo hará. Los demás intentan sacarlo de su burbuja, le dicen que lo supere ya, que el tiempo lo cura todo, que encontrará a alguien más y otras frases vacías dichas por compromiso. Hace tiempo que él dejó de oírlas. Los muros de su prisión se hicieron cada vez más gruesos hasta aislarlo completamente del resto.Le miran con compasión desde el día del Incidente, aquel día gris que se derrumbó el mundo (su mundo), aquel día que por mucho que le duela tan solo es una mancha borrosa del color de la sangre. Aun ahora no sabe exactamente lo que pasó, solo recuerda ruido, confusión y los grandes ojos de ella húmedos mientras se apagaban. Recuerda como ella le sonrió y le acarició dulcemente la mejilla.
La tercera lágrima está ya cayendo. El dolor lo envuelve y la soledad oprime su pecho hasta dejarlo sin respiración. Grita desesperado, una y otra vez grita su nombre con fuerza sin esperar respuesta alguna. Y como si cuervos salieran de su garganta maldice ese diabólico día hasta que su propia voz lo abandona.
Finalmente un mar de lágrimas ardientes se precipitan por sus mejillas, caen y caen pero nunca llegan a tocar el suelo, porque antes de que eso suceda la más profunda oscuridad las atrapa entre sus garras pra no dejarlas escapar.

sábado, 23 de febrero de 2013

Rosas marchitas de amor.

Recobro la conciencia de nuevo, he vuelto a despertar. Eso quiere decir que este día no fue el último para mí, no se si alegrarme. Sigo viva, o al menos mi corazón esta latiendo, pero tengo la sensación de que mi alma me abandono hace bastante tiempo. Cierro los ojos de nuevo, la pesadilla no acaba. Cuando decido continuar con lo que sea este cruel sueño ni siquiera me molesto en arreglarme, me visto con lo primero que encuentro y me voy tal cual. Hace un tiempo hubiera tardado un siglo en buscar un conjunto adecuado, peinarme, maquillarme y todas esas cosas que se suelen hacer. Pero ahora ni siquiera puedo soportar mi vista en un espejo. Hace un tiempo habría ido entusiasmada a un día tan importante como el de hoy, hace un tiempo probablemente hubiera tenidos motivos para sonreír. Pero ya no, ahora voy a toda velocidad y sin frenos hacia un precipicio del que ya nunca podré salir.
Voy allí, a esa jaula llena de mentes perdidas y con olor a desesperación, ansias de correr hacia un mundo inexistente, humo, alegría, depresión  golpes, risas, ruido, ruido, mucho ruido. Tengo ganas de vomitar, contente, debes frenar, tienes que hacerlo, alguien puede notarlo. Y entonces te veo, no has cambiado nada desde ayer, bonita voz, tu risa despreocupada y tus ojos grises siguen oprimiendo mi pecho hasta el punto de no poder respirar. Pero no me miran, tus ojos no me miran, ni una mirada de compasión, es como si me atravesaran, como si yo fuera un fantasma al que no puedes ver. Más ruido, cada vez lo aguanto menos. Una voz conocida aparta mi descarada mirada de ti y habla y habla sin esperar mi respuesta. Pasan las horas en este lugar gris pero todo sigue igual, nada cambia y el precipicio cada vez está más cerca. Intento levantarme, no me encuentro bien, me mareo. Oscuridad. Luz. Ruido. Olor a enfermo. Lagrimas ausentes. Estrés  Ruido. Más ruido. Oscuridad.
Me despierto en una camilla, estoy llena de cables y vías, viene alguien a verme ¿padres, familia? No, claro que no, era demasiado pedir. Me informan de la situación pero no presto demasiada atención, no me interesa. Horas (Días, años) han pasado hasta que ellos han llegado, ellos que dicen hacerse cargo de mi, ellos que dicen saberlo todo de mi, ellos que ya deberían estar aquí, ellos que están demasiado ocupados como para encargarse de una cosa tan ínfima como yo...Hablan con el doctor, ni siquiera me preguntan, qué más da, ya no importa, siempre ha sido así. Nada ha cambiado desde ayer.Tengo sueño, hace tiempo que no duermo en condiciones, lo intentare hoy por milésima vez. ¿Seguiré viva mañana?